
¿Podría el Cannabis Medicinal prevenir o atenuar síntomas del COVID-19?
Una mirada a otro potencial uso de esta planta
El cannabis medicinal ha generado muchas expectativas en los últimos años. Los componentes presentes en la planta han despertado un interés cada vez mayor tanto entre ámbitos científicos, como en distintas ramas de la medicina y público en general [1]. Afirmar que marihuana tiene beneficios terapéuticos no es una novedad: las bondades de la planta ya se mencionaban en manuscritos antiguos que datan de hace más de 5000 años antes de Cristo, e incluso en la Santa Biblia [2].
Los objetivos terapéuticos del Cannabis se han ido conociendo poco a poco. Actualmente existe un acuerdo sobre su utilidad en condiciones médicas específicas como el manejo de dolor crónico, efectos secundarios de la quimioterapia, las epilepsias resistentes al tratamiento y la esclerosis múltiple.
Entre las muchas investigaciones de laboratorio, junto con los pocos estudios controlados en humanos, se ha logrados acumular información que sugiere el potencial terapéutico de los cannabinoides sobre enfermedades asociadas a la inflamación, e incluso su uso para combatir síntomas de COVID-19 [3]. Dado el tremendo impacto mundial de la pandemia, y la urgencia por encontrar tratamientos, hemos realizado una encuesta en línea con el objetivo de explorar un posible efecto protector del consumo de cannabis para evitar el contagio por COVID-19. Además, en los casos de que las personas estuvieran infectadas, quisimos evaluar qué tanto el consumo de cannabis puede influir en la intensidad de los síntomas. Se recopilaron 4026 encuestas a través de formulario electrónico. Los resultados sugieren una posible correlación entre cualquier tipo de exposición al cannabis y un menor riesgo de contraer COVID-19.
Aunque todavía queda un largo camino por recorrer para comprender completamente las propiedades farmacológicas de los fitocannabinoides, los datos de nuestra encuesta son esperanzadores y sumados con algunos estudios ya publicados, no es descabellado proyectar dos usos terapéuticos para el COVID-19: por un lado, hay estudios que muestran la eficacia de la Clafonona, que es uno de los tantos compuesto del cannabis, y que parece tener la capacidad para bloquear dos proteínas que necesita el virus de SARS-COV2 para poder reproducirse dentro de las células humanas. Y por otro lado, parece que el CBD, otro de los componentes del cannabis, actúa como anti-inflamatorio y consigue mejorar la irritación pulmonar y controlar algunas citoquinas, que son sustancias del sistema inmune que se activan de una manera exagerada y que han sido involucradas en las formas graves o fatales del COVID-19.
Dicho de otro modo: es plausible que el Cannabis tenga capacidad para actuar como medida de prevención, es decir, evitando el contagio. Y si las personas ya están infectadas, lograría ayudar a mejorar los síntomas asociados con la inflamación y la respuesta inmunológica [4].
Pese a que en nuestra encuesta les preguntamos a los participantes qué tipo de cannabis consumen, los resultados no muestran de forma definitiva qué tipo de cannabis sería el ideal para prevenir o para mejorar los síntomas. A título personal yo estoy convencida de que los preparados de cannabis medicinal como la Tintura madre o los aceites, son mucho más eficaces que la marihuana recreativa, tanto fumada como vapeada o en comestibles. En mi concepto, la marihuana recreativa tiene dos problemas: uno es la forma fumada o vapeada; porque puede irritar los pulmones por el humo o el vapor, y sabemos que el COVID-19 ataca los pulmones y el sistema respiratorio en general. Por otro lado, la marihuana recreativa tiene un potencial psicoactivo que está asociado con múltiples enfermedades mentales, pese a que las personas no tengan ningún tipo de herencia familiar, situación que se exacerba en jóvenes menores de 15 años.
Cada quien es libre de consumir sustancias psicoactivas, pero también debemos promover un consumo responsable, y cabe anotar que para los menores de 25 años (para quienes el cerebro todavía está formándose) es claro que consumir cualquier sustancia de este tipo es demasiado peligroso.
Es evidente que se necesita más apoyo de las universidades y de los gobiernos, tanto colombianos como a nivel mundial, para poder ampliar nuestra comprensión sobre el uso de los cannabinoides. Necesitamos estudios controlados en humanos que vayan de la mano con estudios de laboratorio, y esa necesidad se vuelve una urgencia dada la situación tan grave que estamos viviendo por la pandemia de COVID-19, en donde el cannabis medicinal podría ser una herramienta terapéutica que puede ayudarnos a salvar vidas.
Nuestro estudio será publicado dentro de pocos días, inicialmente bajo la modalidad de “pre-print” (o pre-impreso) en el sitio web MedRXivs, y luego esperamos que sea aceptado en una revista científica internacional.
Como parte de nuestra experiencia deseamos compartir el caso de una de nuestras pacientes, quien nos autorizó compartir públicamente su identidad. Se trata de Andrea Ramírez, usuaria de Tintura Madre de Cannabis Índica y aceite de Cannabis en sus variedades Indica y Sativa. Andrea hizo parte de los casos que más nos motivaron para empezar este estudio. Además del riesgo de exposición que conlleva trabajar en oficina en la actualidad y movilizarse en el sistema de transporte público (los cuales corre a diario), Andrea se enfrentó a la situación de tener en casa dos personas diagnosticadas como positivas para Coronavirus. Inicialmente se realizó prueba de hisopado nasofaríngeo para confirmación diagnóstica por PCR, que es de alta especificidad para el diagnóstico de COVID-19. También se le realizaron mediciones sanguíneas de inmunoglobulinas (IgG e IgM) que igualmente fueron reportadas como negativas. Cabe anotar que previo a las pruebas de sus familiares (esposo y madre) la interacción con ellos fue cotidiana (compartir espacios, comida, lugar para dormir o intimidad), por tanto, es posible pensar que su sistema inmune se vio fortalecido por el uso continuo de la tintura madre, con la cual lleva 4 años como tratamiento alternativo para un adenoma hipofisiario que además ha mostrado reducción de tamaño sin que ningún medicamento alopático le sea suministrado. También hay que señalar que la paciente tiene antecedentes de afecciones crónicas de sistema respiratorio: amigdalitis a repetición, sinusitis y asma. La paciente cuidó a sus familiares y los acompañó durante todo su proceso con la enfermedad sin resultar contagiada por los mismos, de ahí que nuestra visión sea esperanzadora, no sólo por estos casos que hemos seguido de cerca, sino también por los datos que nos aportan más de 4000 personas que participaron voluntariamente y manera anónima en nuestra encuesta.
* Dra Paula M. Herrera Gómez, MD, PhD. Grupo de investigación “Psiquiatría, neurociencia y comunidad”. Universidad Tecnológica de Pereira. Centro de investigación “NeuroVitae”, Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. https://paulaherrera.co/
Referencias bibliográficas
1. Lowe, H., Steele, B., Bryant, J., Toyang, N., & Ngwa, W. (2020). Non-Cannabinoid Metabolites of Cannabis sativa with Therapeutic Potential.
2. Mechoulam, R. (1986). The pharmacohistory of Cannabis sativa. Cannabinoids as therapeutic agents, 1-19.
3. Hill, K. P. (2020). Cannabinoids and the Coronavirus. Cannabis and Cannabinoid Research.
4. Byrareddy, Siddappa N., and Mahesh Mohan. «SARS-CoV2 induced respiratory distress: Can Cannabinoids be added to anti-viral therapies to reduce lung inflammation?.» Brain, Behavior, and Immunity (2020).